VERDADES A PIE DE BARRO FRENTE A VOCES DE ARCILLA
26 de noviembre de 2024
Frank G. Rubio
En este artículo sacrificamos los elementos especulativos y literarios para concentrarnos en las realidades más básicas, negadas y manipuladas por una parte significativa de los medios de comunicación.
Como en el caso de la pandemia/plandemia el reciente fenómeno de gota fría, y consecuente devastación material y psicológica que le acompaña, pone sobre el tapete entre otras cuestiones la incapacidad de los poderes públicos para resolver con un mínimo grado de eficacia aquellas misiones para las que presuntamente fueron diseñados. La ciudadanía, no sólo comienza a descreer de las representaciones de lo real con la que le surten los medios de comunicación, también pone en duda la validez y adecuación de los soportes de lo que conocemos como Estado del Bienestar: Sanidad Pública, Seguridad (Interior), Prevención de Emergencias o medios de Transporte.
¿Se está viniendo abajo la fantasía, establecida como dogma desde el comienzo de la Transición, del “Estado Social y Democrático de Derecho”? Pudiera ser ya que, tanto los gestores políticos como los funcionarios que les sirven, comienzan a funcionar en entornos más propios de forajidos de un spaghetti western que como miembros de una comunidad civilizada.
Con relación a las devastaciones, producto de los fenómenos meteorológicos, hay pocas sorpresas, esto también ha tenido lugar en países mejor dotados en principio que el nuestro. Pienso en el famoso caso del huracán Katrina que devastó Nueva Orleans en el año 2005 poniendo al descubierto graves deficiencias. Después de la tormenta (Wikipedia) múltiples investigaciones concluyeron que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU., que había diseñado y construido los diques de la región décadas antes, era responsable del fallo de los sistemas de control de inundaciones. Sin embargo, los tribunales federales dictaminaron posteriormente que el Cuerpo no podía ser considerado financieramente responsable debido a la inmunidad soberana establecida en la Ley de Control de Inundaciones de 1928.
https://en.wikipedia.org/wiki/Hurricane_Katrina
“En este sentido, las torrenciales precipitaciones vividas en la provincia de Valencia en la gota fría del 2024 están lejos de ser un récord meteorológico, aunque hayan sido un triste récord como catástrofe humanitaria en nuestra historia reciente”. Cito algunos fragmentos del excelente artículo de Fernando del Pino Calvo Sotelo.
https://www.fpcs.es/gota-fria-y-cambio-climatico/
La realidad es que casi todos los años el Levante español sufre una gota fría (expresión popular adaptada del original alemán «depresión fría de altura») que esporádicamente es catastrófica. Pero si las lluvias de hace dos semanas no fueron un récord en cuanto a precipitaciones, ¿por qué hubo tantas víctimas?
Del Pino señala como elementos causales:
1 la descontrolada expansión urbana en barrancos y cauces secos naturales, que aumentó el nivel de riesgo de la población.
2 la inexistencia de infraestructuras hidrológicas adecuadas (cauces y diques) para encauzar las aguas y prevenir inundaciones en zonas de alto riesgo. Como aclaran ingenieros de Caminos, si los ríos estuvieran debidamente encauzados, la probabilidad de inundaciones tan dañinas se reduciría considerablemente.
3 La población no fue debidamente alertada. La AEMET, dependiente del ideológico Ministerio de Transición Ecológica, afirma: “trabajamos siempre con incertidumbres, porque la atmósfera es un sistema caótico y no se puede conocer, a ciencia cierta, la cantidad exacta de lluvia que puede caer en un lugar concreto y en un período de tiempo determinado».
Eso es así. Pero si la incertidumbre impide conocer a ciencia cierta la lluvia que caerá mañana en una localidad de España, ¿acaso no supone una deshonestidad intelectual que dicha incertidumbre desaparezca mágicamente cuando la AEMET realiza afirmaciones dogmáticas sobre el clima del planeta para dentro de 100 años?
4 La población no sólo no fue avisada, sino que, tras el desastre, fue completamente abandonada por la dolosa inacción (presumiblemente constitutiva de delito) del gobierno de Sánchez.
El gobierno y sus medios afines, las voces de arcilla, califican de desinformación cualquier crítica a su gestión en este y cualesquiera otros supuestos, considerando producto de una “conspiración de ultraderecha” cada causa judicial abierta contra alguno de los miembros de su aparato. Todo ello con relación a las cada vez más numerosas irregularidades de las que vamos tomando conocimiento en el día a día, a las que calificar de crímenes o corrupción resulta sin duda lo más adecuado.
Con Pedro Sánchez, empleado fiel a la vez del WEF y del Partido Comunista Chino, judeófobo máximo y subvencionador del terrorismo de Hamas, las catástrofes naturales y la incapacidad para prevenirlas o reducir sus efectos, se multiplican.
En Baku, el criminal que nos gobierna, ha aprovechado la ocasión para atribuir el desastre de Valencia al “cambio climático”.