COVID 19: LA FARSA CONTINÚA

COVID 19: LA FARSA CONTINÚA

23 de marzo de 2025 3 Por Ángulo_muerto
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Frank G. Rubio

Fernando Simón es un valor enorme y un lujo.

Mercedes Milá (2020)

Aunque tengo una cierta sensación de inutilidad cuando escribo sobre estas cuestiones sobre las que televisiones, radio, redes y prensa se ocupan de inyectar todo tipo de mentiras en las mentes destrozadas de la audiencia, siempre puede haber alguien despistado y descontento al que le puedan servir para algo estas notas. Fabricadas con retales de lo que llamamos “comunicación masiva”.

El quinto aniversario del comienzo de la “plandemia” en España, que la mente colmena dirigida por el periodismo patrio ha fechado en el 8M de 2020, ha sido aprovechada por los actuales gestores del desgobierno para lanzar una cortina de humo que desoriente a quienes siguen desde hace tiempo las crecientes y muy convincentes informaciones, y explicaciones, sobre numerosos casos de corrupción rampante en el entorno del presidente. La esposa, el hermano, el difunto suegro, el antiguo ministro de Transportes etcétera. En su entorno y más allá porque el asunto de Paiporta seguirá liberando toxinas en el organismo de la nación.

Una entrevista realizada a Fernando Simón por Jordi Évole, y un artilugio de propaganda televisivo perpetrado contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, dan cuenta de los denodados esfuerzos del aparato de persuasión masiva de los actuales gobernantes para tratar de paliar la erosión creciente de imagen que van provocando en la ciudadanía, poco proclive a la reflexión por lo demás, las continuas informaciones sobre los cada vez más tangibles y numerosos casos de corrupción.

Como en otras ocasiones voy a citar a otros para exponer mi propio punto de vista que tampoco evitaré mencionar. Vamos a comenzar con Álvaro Nieto, director de “The Objective”, publicación poco sospechosa de radicalismos, dónde colaboran, entre otros, Fernando Savater y Juan Luís Cebrián que se han convertido en debeladores eficaces de las prevaricaciones gubernamentales:

Es vergonzoso que cinco años después se pretenda reescribir la historia a mayor gloria del que manda, como si no hubiéramos estado presentes. Nos toman por imbéciles. España no fue un ejemplo en nada durante la pandemia. Fue uno de los países donde más tarde se reaccionó ante el virus (había que celebrar el 8-M), el Estado europeo que impuso el confinamiento más salvaje y prolongado y uno de los lugares donde más se robó con la excusa de la covid (algunos lo fuimos denunciando en tiempo real, pero casi nadie nos hizo caso). Y menos mal que algunas comunidades autónomas se resistieron a aplicar las locuras de aquellos comités de expertos inexistentes…

Tirando de red, dónde se cuentan todas esas cosas que los medios consolidados no se atreven a comentar, por eso nos dicen que “hay que controlar”, encontramos algunas referencias, por lo demás bastante certeras, que rompen con el relato oficial. Este, vehiculado por varios comunicadores a sueldo, continúa defendiendo con uñas y dientes la gestión covidiana: “no se podía saber, salimos más fuertes…”

El Lince TV califica el regreso de Fernando Simón de “escandaloso”: el falso héroe de la mano de Évole. A este último se le califica con acierto de propagandista, no de periodista. La Sexta lo ha lanzado a las ondas y todos los medios leales lo repican de inmediato.

https://www.youtube.com/watch?v=BmT7Gopddhk

Y se nos recuerda todo el asunto del material sanitario que desde un principio envenenó a la opinión pública. Y es que el gobierno (según El Lince TV) “tenía un plan para convertir la situación de emergencia en un negocio”. “El PSOE y su entorno aprovecharon la cuestión de las mascarillas, entre otras cosas, para enriquecerse”. Convincente, al menos para mí.

En ese “contexto difícil y complejo”, así lo calificó Sánchez, se satanizó y demonizó al discrepante y se liquidó políticamente al imbécil de Pablo Iglesias que tenía a su cargo el asunto de las residencias. Hoy vende aceite por Internet y ha tratado de reconvertirse en tabernero.

Pero no podemos olvidar, seguimos con la información difundida por El Lince TV, que los españoles fuimos sometidos por aquel entonces al “mayor experimento social de nuestra historia”. El encierro institucional mostró lo peor de nuestro país. Se recortaron las libertades, nos enfrentaron unos contra otros, se abandonaron miles de ancianos a su suerte… Se prescindió de la atención primaria, se multó y persiguió en contextos de linchamiento, ejercitado por una ciudadanía devenida turba, guiada por los manipuladores mediáticos del momento… ¡Recuerda, borrego!

Robar y politizar es lo único que sabe hacer bien el PSOE”. Y bien que lo hizo. Para ello necesitaba y necesita hipnotizadores y propagandistas cualificados. De ellos hablamos ahora un ratito.

Sobre Évole poco hay que insistir porque como estrella mediática se prodiga lo suficiente para que cada cual saque sus propias conclusiones. Como veo muy poco la televisión, sus babas no me han manchado aunque conozco perfectamente su rostro y sé dónde está situado políticamente. Le vi hace años en la tele de un bar arrodillándose ante el papa Francisco (Porcus Pontifex)

Es un tipejo nauseabundo, al menos a mí me lo parece, de escaso calado intelectual y por ello eficaz comunicador. Como tantos y tantos de los que brillan en nuestras pantallas. Fernando Simón, cito creo que de Vozpopuli, “es funcionario de carrera, epidemiólogo, nombrado director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) por la ex ministra de Sanidad del Partido Popular, Ana Pastor.” Añado yo: no es doctor en Medicina, aunque sí licenciado, y se formó en un colegio del Opus. Entre las perlas verbales de su excelente gestión como comunicador gubernamental se encuentran:

Como mucho habrá uno o dos casos de coronavirus en España”, dijo. Se equivocó. “Las mascarillas no son necesarias”; luego sí lo fueron. “Nos aproximamos al pico de la curva”, y el dichoso pico parecía no llegar nunca.”

De nuestro epidemiólogo “se hicieron camisetas con su cara, y hubo quien le mandó regalos. Había nacido una ‘estrella del rock’. Fernando Simón, con su voz rota, el pelo alborotado y esa mirada azul profundo, daba el pego.”

Pero al mismo tiempo compra todas las ideas del marketing político de Iván Redondo, desde ‘la nueva normalidad’ hasta el ‘comité de expertos’, una manera bonita de llamar a un grupo de funcionarios con escasos recursos para hacer frente a lo que se nos ha venido encima.”

https://www.vozpopuli.com/espana/fernando-simon-personaje-ano_0_1421858019.html

Confieso que al quedar confinado en zona campestre y sin televisión, pronto también sin tablet, no tuve que soportar a este imbécil ni un minuto. Es hoy, para mejor escribir este artículo, que he incrementado mi exposición a esta tóxica figura de nuestra política sanitaria y de la otra. Su voz, su mirada, sus palabras…la presencia sorpresa del vomitivo Salvador Illa, por entonces ministro de Sanidad y hoy flamante presidente de la Generalidad, dejaron claro para mí que nuestro país, si operaciones mediáticas como esta en curso tienen éxito, que lo dudo, carece de fácil remedio.

La terna de responsables de las muertes en residencias, y las provocadas por falta de atención primaria, por ventiladores, triaje, vacunas venenosas y coros y danzas continuos de médicos y enfermeras está constituida por Sánchez, Illa e Iglesias. Todos ellos deben ser detenidos, procesados y encerrados en prisión durante muchos años por los actos y omisiones relacionados con la plandemia. Pero no sólo ellos, claro.

Añadamos a los admiradores de Don Simón gente de calidad como la ministra de Sanidad: perreadora mayor del Reino, que “a los 2 meses de comenzar la pandemia se dio de baja por el codo. Y así estuvo hasta diciembre. Entonces volvió a la Asamblea en exclusividad. En medio, cobró ilegalmente 13.000€ de la Asamblea que tuvo que devolver porque la pillaron y trató de boicotear un hospital público”.

Mujer, médico, madre y perreadora resaltó en 2023, que “la labor de Fernando Simón durante la pandemia fue «excepcional» en unas condiciones que fueron «inéditas y absolutamente dificilísimas». «Si tengo que decir algo, son palabras de agradecimiento», ha zanjado.”

Pasemos ahora al “documental” sobre las residencias de Madrid. ¿Porqué sólo de Madrid, no murió gente en otras comunidades? Veamos por encima la cuestión. Comencemos con El Debate:

El documental 7291, número de muertos que se registraron en las residencias de mayores de Madrid según la Comisión Ciudadana, es una recopilación de declaraciones de familiares de los fallecidos, trabajadores de los centros, políticos y periodistas efectuadas en la Comisión Ciudadana por la verdad de las residencias de la CAM, en la Comisión de investigación de la Asamblea de Madrid y extractos de algunos plenos de la Asamblea.

El documental no incluye ni una sola aparición de Salvador Illa, ministro de Sanidad, y del responsable de las residencias, el vicepresidente Pablo Iglesias.

Las redes sociales han iniciado su particular lectura: «El responsable de las residencias era Pablo Iglesias —escribe en X César Sinde— Qué raro que eso no lo recuerden en TVE. Si hasta Sánchez le felicitó.

Solo hablan de Madrid, parece que en el resto de comunidades no murió nadie».

https://www.eldebate.com/sociedad/20250218/verdad-sobre-muertes-residencias-durante-pandemia-gobierno-oculta-truco-estadistico_271159.html

Recordemos cómo sí aparece, casualmente, Salvador Illa en lo de Fernando Simón. Está muy claro el dato, una cifra, una cifra aislada de las 17 que deberían cotejarse porque hubo y hay aún 17 Comunidades Autónomas. Vamos a ello. En “The Objective” hace un par de días se dice lo siguiente como respuesta:

El Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso ha hecho público este miércoles, en el quinto aniversario de la pandemia del coronavirus, un comunicado donde afirma que «el número real de fallecidos en residencias fue de 4.100» y no de 7.291, cifra que, según la Comunidad de Madrid, «fue un invento del entonces consejero» Alberto Reyero, de Ciudadanos.”

https://theobjective.com/espana/madrid/2025-03-12/madrid-fallecidos-residencias-invento/

Jorge Alonso, un investigador independiente a mi juicio absolutamente fiable apunta:

En Madrid no murieron 7291 ancianos en residencias, fueron 6937, y no fueron en la primera ola, fueron en tres años. Madrid no fue la CCAA con mayor número de muertes en relación a su población total ni en relación al número total de ancianos que vivían en residencias. Hacer un documental sobre Madrid es de un sesgo político palmario.

En España no murieron 120000 ancianos por COVID. Durante, la COVID fallecieron un total 34.676 con cualquier patología, y de ellos con COVID fueron 23.922.

Los “protocolos de la vergüenza” nunca existieron. Nadie los ha podido enseñar, y ayer en el documental sólo enseñaron un papel firmado por un señor pero que en ningún sitio pudieron resaltar el manido discurso de que había que dejarlos morir porque no estaba escrito nada de eso. Por cierto, que los protocolos son recomendaciones, no son de obligado cumplimiento, se establecen generalidades pero después se estudia caso a caso. Es lo que no tiene saber de conocimientos médicos y de protocolos de actuación médicos.”

https://x.com/Cocodrilodos/status/1900210177623629910

El dato siempre resulta incómodo para el activista, el ideologizado y el dependiente del opio de la narrativa. Terminamos porque hay que poner un punto final con esta referencia:

Uno de los aspectos que más desconfianza causó durante la pandemia fue el conteo de casos y muertes por coronavirus. Los datos nunca coincidieron con los del INE (Instituto Nacional de Estadística) Este desfase se originó porque el Ministerio de Sanidad computó como fallecidos por coronavirus a aquellos que presuntamente murieron por el virus, a pesar de poseer otras enfermedades. Nunca se les realizó una prueba diagnóstica, por lo que no se sabe realmente la causa oficial de la muerte.”

No sabemos pues con precisión ni cuántos, ni quiénes, fallecieron en la histeria de descontrol, pánico mediático inducido y maniobras de pillaje realizadas por gente cercana al poder durante la plandemia. No los conocemos y los que menos quieren saberlo son las autoridades políticas y médicas. Esta es la cuestión.

Mientras terminaba la revisión de este modesto artículo me llegaba un enlace a una excelente contribución, otra más, de Fernando del Pino Calvo Sotelo. Expongo unas cuántas cuestiones sacadas de este texto para situar lo que ha leído el lector ya en un contexto más amplio.

1 El covid, repito, no fue una epidemia de origen natural, sino un accidente biológico causado por un escape de laboratorio. En otras palabras, el covid fue el Chernóbil de las armas biológicas.

¿Cuál es entonces la solución para que no se repita? No es, desde luego, empoderar a la OMS para crear una dictadura sanitaria, como pretende el globalismo, ni dar más poder a los gobiernos, ni más dinero a la corrupta industria farmacéutica, sino algo muy sencillo: prohibir la investigación de armas biológicas en todo el mundo y, en particular, la tecnología de ganancia de función que manipula genéticamente virus del mundo animal para aumentar su peligrosidad y que contagien a humanos, como hicieron con el covid.

2 A pesar de todo, en España algunos de los responsables del mayor escándalo de salud pública de la Historia han aprovechado el quinto aniversario del comienzo de la pandemia para felicitarse a sí mismos con total desfachatez, lo cual denota la impunidad con la que han actuado (y delinquido): cinco años después, nadie ha sido despedido ni multado y nadie ha sido procesado (salvo los políticos comisionistas de las mascarillas). Naturalmente, nadie ha pisado la cárcel.

Este desfile conmemorativo de políticos caraduras y médicos pomposos que abusan de la autoridad de la bata blanca intenta blanquear un fraude de proporciones gigantescas. Como decía Peter C. Gøtzsche, profesor emérito de Medicina en Dinamarca y cofundador de Cochrane (en su día máxima referencia de evidencia médica), «el sector de la Sanidad es mucho más corrupto de lo que la gente piensa, y el dinero de la industria farmacéutica va a todas partes, a políticos, revistas médicas, periódicos, etc.»

3 La pandemia siguió un guión. En primer lugar, se aterrorizó a la población con la complicidad de los medios, que lanzaron una campaña de terror y culpabilización perfectamente diseñada para domesticar a la población. Para dicha campaña se contrató a agencias de publicidad especializadas que lograron crear una verdadera histeria colectiva con el objeto de facilitar la aceptación de medidas arbitrarias, liberticidas, absurdas y completamente acientíficas. Los confinamientos, las distancias de seguridad, la limitación de comensales, el gel hidroalcohólico o las inútiles mascarillas no sirvieron para nada, salvo para beneficiar a unos pocos. Sí sirvieron, en cambio, para enfermar mentalmente a una parte de la ciudadanía.

4 Nos dijeron que las vacunas protegían contra el contagio y la transmisión para justificar la persecución y apartheid de los no vacunados y el infame pasaporte covid. Era mentira, y, cuando fue patente que no impedían ni el contagio ni la transmisión, recularon cambiando el relato y afirmando que al menos sí protegían contra la gravedad y la muerte. También era falso: en marzo de 2022 el 84% de los muertos por covid en España estaba perfectamente vacunado, según datos del propio Ministerio de Sanidad. Un estudio reciente confirma que «los datos estadísticos muestran que la mortalidad de los vacunados fue un 14,5 % superior a la de los no vacunados», por lo que la idea de que las vacunas covid salvaron vidas «contradice los datos estadísticos».

Las vacunas también fueron inseguras, pues seguimos pagando sus efectos secundarios adversos, sobre todo isquémicos y cardiovasculares: ictus, trombosis y trombocitopenia, embolia pulmonar, miocarditis, pericarditis, fibrilación atrial; pero también desórdenes menstruales, efectos oculares, dermatológicos, autoinmunes y neurológicos, como trombosis del seno venoso cerebral, parálisis facial de Bell, mielitis transversa aguda o cáncer. La escandalosa verdad es que con toda probabilidad las vacunas y terapias genéticas ARNm han provocado la muerte de muchas personas: autopsias realizadas sugieren una relación de causalidad.

5 De forma imprudente y contra lo que defendía la evidencia científica, la inmensa mayoría de los médicos en España recomendaron a sus pacientes vacunarse aunque no pertenecieran a la población de riesgo o hubieran pasado la enfermedad. Eso sí, lo hicieron verbalmente, sin consentimiento informado, ni receta, ni firma.

La realidad es que, ante la enorme presión social y gremial y el mimetismo que plaga la profesión, muchos eligieron el camino cómodo escudándose en «los protocolos» del orwelliano Ministerio de Sanidad. ¿Cuántos han asumido alguna responsabilidad? ¿Y los Colegios Médicos, que persiguieron y amenazaron a los pocos médicos valientes que se negaron a aceptar el trágala?

https://www.fpcs.es/veritas-filia-temporis/#_ftn1

Léanlo entero por favor, vale la pena. Léanlo y piensen si este asunto ha quedado resuelto tras las sucias maniobras propagandísticas del PSOE y sus medios afines de las que hablamos más arriba. Por desgracia continuará.