Principia Litteraria

Principia Litteraria

10 de junio de 2013 0 Por Ángulo_muerto
Spread the love

Loading

Juan Ignacio Ferreras

La «ley» de las Ciencias Humanas es solamente un descubrimiento pero no una realidad intangible, puesto que el conocimiento de esta «ley» permite y a veces suscita, la conculcación de la misma, y por lo tanto su desaparición como «Ley».

La ley de la gravedad es siempre la misma, a través del espacio y a través del tiempo, lo mismo ocurre con las valencias entre los elementos químicos o con los teoremas matemáticos dentro de un sistema determinado. El tiempo, la historia social, puede perfeccionar estas leyes, completarlas, nunca negarlas, nunca borrarlas, y así, la teoría de la relatividad einsteniana no niega las leyes del sistema newtoniano sino que las perfecciona, etc.

Nada ocurre en el mundo casi trascendental de las leyes Físicas, y todo ocurre y hasta todo puede ocurrir, en el mundo de las Ciencias Humanas o Sociales. Una ley humana o social, solo es válida o vive en cierto momento y en cierto espacio, porque toda ley humana no es más que la reducción a términos lógicos de un comportamiento social, y como es obvio, no existe ningún comportamiento fijo o inconmovible en la historia del hombre.

Las llamadas leyes sociales, humanas, etc., nos sirven en ciertos momentos de nuestra historia para comprender ciertos comportamientos humanos y sociales. La historia del hombre, es así, comprendida y hasta explicada a través de ciertas reglas de conducta, de ciertos usos sociales, costumbres, etc. Pero ocurre que en estas explicaciones, que en estas reducciones más o menos lógicas, incluso los conceptos en apariencia más simples (como sociedad, tribu, comportamiento, hombre, naturaleza, etc.) sólo tienen un tiempo de validez histórica mensurable, medible o cuantificable, pero son incapaces de asentarse definitivamente en la mente del sujeto.

Hay pues una ininterrumpida interpenetración entre el susujeto y el objeto. Todo lo contrario ocurre en el campo de la Ciencias Físicas o Matemáticas; en éstas, los conceptos suelen ser, una vez descubiertos o creados, válidos, perennes (las paralelas, la gravitación, la atracción, la adición, etc.) y parecen vivir con independencia del sujeto; son los objetos independientes.

La diferencia entre las dos series de ciencias, no se establece pues, solamente a partir de la diferencia entre las leyes de las mismas, sino entre la unión o entre la separación del sujeto y del objeto.

Las Ciencias Humanas son el campo donde se unen, siempre provisionalmente, sujeto estudiante o investigador, y objeto estudiado o investigado: por eso las filosofías no se completan sino que se niegan; por eso las sociologías conviven en guerra, las políticas se ignoran y hasta las economías se combaten. Todas estas ciencias, el concepto de las mismas, no derivan de un modelo único, platónico, ideal, sino que son expresiones o materializaciones de la lucha del sujeto por apoderarse de un objeto que es también sujeto. El hombre estudia al hombre, la sociedad estudia la sociedad, este estudio es también y ya, un comportamiento, una conducta, un hombre, una sociedad.

Existe, naturalmente, una interacción entre el comportamiento social o la sociedad y las ciencias Físicas, ya que los imperativos o modelos sociales determinan más que median, la aparición de nuevas ciencias Físicas, de la dirección de las mismas, etc.; sin embargo; aún en este caso, las adquisiciones, descubrimientos, etc., llevados a cabo por la Ciencias Físicas, más o menos determinadas por la sociedad, se transforman en adquisiciones, descubrimientos, para toda la humanidad, para todas las sociedades, de todos los tiempos y de todos los espacios. Son pues, estos descubrimientos, conceptos y leyes rigurosos, válidos, perennes.

Las Ciencias Humanas, tan mediadas y tan determinadas por las sociedades o colectividades en las que aparecen, como las Ciencias Físicas, no logran imponerse nunca, no logran instituirse nunca como leyes, como validas, como conceptos intocables.

La unidad sujeto-objeto impide precisamente toda construcción definitiva del objeto, ya que el sujeto, fusionado con el objeto, se encuentra en devenir, en historia.

Si orientamos ahora, cualquier tipo de investigación, hacia el campo de los estudios literarios, los presupuestos epistemológicos (entre los que han de encontrarse la unidad, siempre provisional, sujeto-objeto, la caducidad de toda ley, y al mismo tiempo, la validez de toda ley en un tiempo y espacio determinados) han de clarificar o mejor, informar cualquier tipo de cuestión o de problema taxonómico (definiciones, géneros, clasificaciones, etc.)

En primer lugar: es a todas luces ilusorio el tomar como definitiva cualquier clase de concepción literaria, ya sea en cuanto a los conceptos de la misma, ya sea en cuanto a las clasificaciones. La literatura, objeto que siempre ha de ir unido al sujeto, no puede jamás ser alcanzada por sí misma, en sí misma; la Literatura no puede ser alcanzada como objeto, o no puede ser deslindada del sujeto que en realidad, se comporta como sujeto a través o materializándose en objeto que llamamos literatura.

En segundo lugar, al no poder existir una ciencia literaria, objetiva y exacta, todos los conceptos, obras, clasificaciones, etc. de la misma, son las expresiones necesariamente históricas, de un momento del comportamiento social.

En tercer lugar, el estudio de la función, social e histórica de la obra, es tan importante o más significativo que el estudio de / la génesis y de la estructura de la misma obra. (Ya que la función de una obra muestra, o tiende demostrar la unión del objeto con el sujeto, unión que sólo provisionalmente ha desaparecido en el momento de la materialización de la obra)

En cuarto lugar, ante la imposible concepción de la Literatura como objeto independiente, no hay ninguna posición lógica de construir una ciencia objetiva de la Literatura, ésta no puede ser enseñada; sólo puede ser comprendida y explicada.

En quinto lugar (y por último, aunque por ahora), ante la unidad entre sujeto y objeto, toda literatura es un comportamiento, y todo estudio de la misma ha de ser el estudio, obligatoriamente sociológico, de un comportamiento.

DE LA LITERATURA COMO CIENCIA

1.1. La primera cuestión o el primer problema, es la cuestión taxonómica.

1.2. Hasta ahora la Literatura no ha sido nunca estudiada como una ciencia, por sí misma, lo que ha originado que toda Literatura, se haya transformado en una Historia de la Literatura.

1.3. El que la Literatura no haya sido nunca estudiada por sí misma, no ha evitado, paradójicamente, la construcción de preceptivas, o de normativas literarias, que no son otra cosa que preceptivas o normativas de un momento histórico de la Literatura.

1.4. Distingo entre Literatura y Obra Literaria, la segunda puede ser estudiada, siempre hasta cierto punto, a partir de diferentes ciencias (Sociología, Lingüística, etc.).

1.5. La Literatura sólo puede ser estudiada a partir de una ciencia específicamente literaria.

1.6. La Obra Literaria sólo puede ser estudiada teniendo en cuenta la sincronía, ya que su devenir, y sobre todo, el devenir de la sociedad, convierten toda Obra Literaria en Documento Histórico (Objeto de la Historia de la Literatura).

1.7. Sin embargo, y hasta un cierto nivel cronológico, toda obra literaria puede ser comprendida por una ciencia llamada literaria. Pasado este límite en el tiempo, no puede ser comprendida sino explicada.

1.8. Si entendemos por comprensión la descripción de un significado interno de la obra a partir de la obra misma; y si entendemos por explicación, la inserción de esta comprensión en una totalidad significativa mas amplia, comprender la literatura ha de consistir en encontrar su estructura significativa interna; explicar la Literatura ha de consistir en una búsqueda de significaciones más amplias.

1.9. Sólo la Literatura puede comprender la Literatura; sólo la Lingüística, la Historia, la-Sociología, la Psicología y otras ciencias, pueden explicar la Literatura.

1.10. Al ser la comprensión esencialmente sincrónica, toda imitación literaria es anacrónica; y por lo tanto, todo sistema normativo en Literatura es tautológico.

1.11. Si la Literatura sólo puede estudiarse a partir de una ciencia específicamente literaria (1.5.) tendremos que intentar exponer qué cosa es esta ciencia literaria.

1.12. Entiendo por ciencia (humana) la descripción de un fenómeno, y no el descubrimiento de las leyes que rigen este fenómeno.

1.12.1. El fenómeno o el hecho literario es el objeto de una unión llamada literatura.

1.12.2. El fenómeno o el hecho literario es la materialización de un comportamiento.

1.13. Una ciencia (humana) consiste en el conjunto de proposiciones que describen un comportamiento, sin que la descripción de este conjunto de proposiciones, indique o permita la posibilidad de reproducir el comportamiento o fenómeno que se pretende elucidar.

1.14. Una ciencia humana, y la Literatura, no permiten la experiencia.

1.15. Toda división entre ciencias fisicomatemáticas o exactas, y ciencias humanas, parte de la existencia de leyes para las primeras, y la existencia de tendencias para las segundas.

1.15.1. El conocimiento de una ley física permite afirmar la ciencia física y reproducir el fenómeno (experiencia).

1.15.2. El conocimiento de una tendencia permite afirmar la existencia de este tendencia, únicamente.

1.15.3. El intento de reproducción de una tendencia, se llama manipulación, y no tiene nada que ver con la ciencia experimental.

1.16. La literatura considerada como ciencia humana, está compuesta por las tendencias internas que la estructuran.

DE LA ESTRUCTURA LITERARIA EN GENERAL

2. Toda obra literaria y la Literatura, es una estructura.

2.1. La estructura literaria ha tenido una génesis sociohistórica; el nacimiento de una estructura no es la estructura final, sino la estructura inicial.

2.2. La estructura inicial -o matricial- comprehende dentro de ella misma, la o todas las matrices de las estructuras finales.

2.3. La transformación de la estructura inicial o matricial en todas las estructuras finales, o el devenir de la estructura inicial, constituye el proceso histórico de la misma.

2.4. Todas las estructuras finales han de conservar la matriz, o estructura estructurante, o el momento principal, de la estructura inicial o matricial.

2.5. La estructura estructurante (E.E) o “ley” inmanente de la estructura literaria, se caracteriza por su poder de virtualidad de organización y de regulación. Organización de los elementos que quedan integrados; regulación de los mismos, seleccionando entre los posibles y los imposibles, clasificando y reduciendo en suma.

2.6. La estructura estructurante vive, mientras sus poderes de organización y de regulación son capaces de seguir operando. Y en esto consiste la función interna de la estructura estructurante.

2.7. La estructura estructurante (E.e) es la materialización en el tiempo y en el espacio, de la estructura estructurante. Es pues también la materialización objetiva de la función interna de la estructura.

2.8. La materialización de la estructura estructurante o la estructura estructurada consiste en la fijación (física, palpable, objetiva) de los elementos organizados y regulados, pero, como es lógico, no hay materialización, al nivel empírico, de la estructura estructurante.

2.9. La estructura estructurante es un modo específico de relacionar elementos a fin de materializarlos orgánica y regularmente en una materialización, objeto, que llamamos estructura estructurada.

2.10. Toda estructura matriz o inicial muere cuando su modo de relacionar, su estructura estructurante, es sustituido por otro, O cuando deja puramente de funcionar y no hay materialización ninguna.

2.10.1

2.10.2

2.11. Toda estructura astructurante (EE) produce dos tipos de estructuras estructuradas (Ee) : cerrado (C) y abierto (A).

2.12. La estructura (Ee) de tipo abierto (A) o EeA, se caracteriza por el debilitamiento en la regulación y en el relacionar de sus elementos. La capacidad o la virtualidad organizativa de la EE, estructura estructurante, queda incólume; pero la virtualidad regulativa de la misma, se relaja, en el sentido de que la selección de elementos a relacionar, no es exacta, tajante, hasta el punto de que se puede dar entrada en la Ee a un elemento que, aunque bien organizado, logra con el tiempo, con el devenir de la estructura, romperla, (caso de las obras «románticas»).

2.13. La estructurada estructurada de tipo cerrado (EeC), conserva intactas sus virtualidad es organizativas y reguladoras, produciendo así materializaciones armoniosas, perfectas, pero pero materializaciones inmóviles. Se llega aquí a la conclusión más exacta, más inmóvil y fija, y cuanto más exacta sea, mas inmóvil, y fija resultará la materialización, (caso de las obras «clásicas»).

2.14. No hay ninguna posibilidad de distinguir una estructura de tipo A, de una estructura de tipo C, a partir solamente, únicamente de la EE, si no se tiene en cuenta, sobre todo, la virtualidad reguladora, autorreguladora mejor, (selectiva, clasificatoria, censoria, etc.) de la EE.

2.15. Tampoco hay posibilidad de establecer la diferencia entre tipos A y C, a partir únicamente de la Ee, puesto que ésta viene mediada por la EE. Con todo, no hay que olvidar que solamente a partir de la Ee, de lo tangible, podemos llegar hasta la EE.

2.16. Si toda EE media o se materializa en la Ee, podríamos sostener en un primer momento, que en las estructuras de tipo A, esta mediación es más flexible o menos fuerte que en las estructuras de tipo C.

(DE LAS ESTRUCTURAS DE TIPO A)

2.17. Al nivel sincrónico, la BE puede ser estudiada en su organización (equilibración y autorregulación), pero cuando la virtualidad reguladora de la EE se quebranta o flexibiliza, solamente es posible este estudio al nivel diacrónico (siempre dentro de unos ciertos límites de diacronía). Se necesita un distanciamiento crítico y un cierto devenir para que la Ee de tipo abierto produzca sus efectos en el sistema, en las tendencias surgidas, en la estructura inicial. .

2.13. Una primera materialización de tipo A, puede consistir en la puesta en duda del modo de relacionar de la EE, sin que por ello, y en principio, la EE sea conculcada o destruida.

2.19. Toda materialización de tipo A, es una obra ruptural o romántica, y se caracteriza por el debilitamiento de la virtualidad autorreguladora de la EE.

2.20. El debilitamiento o la mayor flexibilidad de la autorregulación de una EE, puede ser de dos clases: o engendrador de nuevas estructuras finales, o engendrador de una nueva estructura matriz o inicial.

2.21. En el primer caso, nos encontramos ante el nacimiento de una escuela, de una tendencia, de un estilo, etc.

2.22. En el segundo caso, nos encontramos ante la muerte de una estructura, y por lo tanto ante un cambio de función.

2.23. Hay dos posibilidades ante la obra ruptural: o el comienzo de una nueva reestructuración de la EE, o el fin y la muerte de la misma. No hay duda pues, de que el estudio de las obras o materializaciones de tipo A, es el único que nos puede describir la historia, el devenir, de todo el proceso; mientras que el estudio de las obras o materializaciones de tipo C, sólo puede describirnos los puntos más altos o más coherentes, alcanzados por el proceso mismo.

2.24. Se podría enunciar una paradoja: no es el estudio de las «mejores» obras literarias; el que nos puede hacer comprender la Literatura.

2.25 Aunque toda perfecta comprensión ha de ser sincrónica, posibilidad de limitarse solamente a la sincronía a la del estudio de las obras de tipo A; para el estudio de las mismas, se necesita siempre un cierto grado de diacronía.

2.26. La EeA que no liquida la EE, opera, sobre todo, sobre la virtualidad autorreguladora de la estructura. Esto quiere decir o puede significar, que la virtualidad organizativa queda incólume: que los elementos organizados se siguen organizando según un mismo plano, o alrededor de un mismo eje de coherencia.

2.27. Quiere decir también que los nuevos elementos o relaciones organizados, no han sido clasificados ni seleccionados con toda la pureza o la fuerza de una Ee de tipo C.

2.28. En, el devenir, y en su estudio necesariamente diacrónico, de una materialización de tipo A, se puede observar que uno de los elementos seleccionados, uno por lo menos, pone en duda, ensancha o no, la estructura entera que queda, por lo mismo, enriquecida al nivel de la significación.

2.29. En la segunda posibilidad o caso, descrito en 2.23., la EE queda pura y simplemente destruida o liquidada, ya que uno o varios de los elementos organizados con poco rigor regulador, no pueden convivir con el sistema estructural propuesto. En terminas dialécticos: la negación se hace presente destruyendo la estructura desde la estructura misma, sin que la negación de la negación, sea capaz e reconstruir o de salvaguardar la primitiva y ya dada EE.

2.30. La materialización de la liquidación de una EE, destruye desde dentro la obra literaria, la propia materialización, esta puede ser así, incoherente, aberrante, ilógica según los criterios lógicos tradicionales, pero puede constituir también una nueva materialización. Lo nuevo.

2.31. Toda nueva Ee de tipo A, produce como mínimo, una revolución al nivel temático de la obra literaria. Los elementos organizados son siempre nuevos; o de otra manera: el debilitamiento de la virtualidad reguladora, permite la admisión de nuevas relaciones.

2.32. En toda nueva Ee de tipo A, ruptural o romántica, se encuentra además de una inevitable renovación de elementos, una tensión y una negación.

2.33. La negación consiste en que uno o varios de los elementos organizados, se opone o se oponen a la EE, sin que por esto, y al menos de momento, sean capaces de acabar con la misma.

2.34. La tensión consiste en la obligada materialización de esta negación; la Ee se organiza a pesar de todo, a pesar incluso de la presencia en el seno de la misma, de una o de una serie de negaciones que va o van a mediar en su devenir.

2.35. La tensión y la negación dentro de la Ee de tipo A, se pueden considerar como un intento de equilibración y de autorregulación al nivel del sistema estructural entero. Se admite el desequilibrio, pero toda EE tiende a asimilar este desequilibrio, la negación, y por lo tanto a materializar una nueva equilibración

2.36. Las nuevas equilibraciones o autorregulaciones, al nivel de la EE producen nuevas estructuras o cambios estructurales (estilos, escuelas, etc.) si logran salvaguardar el eje de coherencia primitivo, la función interna, el primero y aún perdurable modo de relacionar que es la esencia de la EE.

2.37. Ante toda materialización ruptural, surge imparablemente una respuesta integradora, pero la nueva integración, el nuevo equilibrio media diacrónicamente a la EE, la obliga a devenir, a engendrar, a proliferar.

2.38. La ruptura o la negación es el motor histórico de la EE.

2.39. Las rupturas en las materializaciones de tipo A, son el origen de las tendencias literarias, pero las nuevas tendencias aparecidas o nacidas al socaire de una ruptura, no tienen por qué ser rupturales o románticas.

2.40. La ruptura media también la afirmación, el equilibrio nuevo, la obligada reequilibración.

2.41. Todo romanticismo no sólo pone en tela de juicio el clasicismo conseguido, sino también los métodos críticos que han logrado la explicación y hasta la comprensión de las obras modélicas.

(DE LAS ESTRUCTURAS DE TIPO C)

2.42. La EE alcanza su punto más alto, o coherente, en las Ee de tipo C (cerrado) porque en estas obras, la función conjuga armoniosa mente sus virtualidades organizativas y autorreguladoras.

2.43. Pero esta coherencia solo se alcanza en su inmovilidad. De aquí que las llamadas obras clásicas, se conviertan en modelos, es decir en Ee insuperables. Lo inconsecuente es proponer como modelo, lo que sólo se puede imitar; el modelo es así una invitación a la tautología.

2.44. Toda imitación de un modelo, se vuelve anacrónica; efectivamente, no hay posibilidad al nivel diacrónico, de conseguir la sincronía: ésta se convierte en anacronía.

2.45. Toda Ee de tipo C, modélica o clásica, es así una detención del proceso, una petrificación, una institucionalización y una in movilidad, finalmente, que ataca los fundamentos mismos del devenir de la EE.

2.46. Toda Ee de tipo C, sólo puede ser, al nivel diacrónico, documento histórico. O un momento espaciotemporal en el que se materializó el proceso estructural de la EE, pero no el proceso mismo.

2.47. Toda Ee de tipo C, ha perdido, al nivel diacrónico, su función propia: se ha autodestruído para la Literatura.

2.48. Toda materialización de tipo C, la más perfecta y rica, es así menos literatura y más otras cosas (realización nacional, momento histórico, modelo, institución, etc.)

2.49. Toda tendencia fundada sobre (u originada por) una materialización de tipo C, no logra nunca una Ee de tipo A. O de otra manera: la EeC sólo produce EeC.

2.50. Las tendencias basadas u originadas por una materialización de tipo C, se suelen caracterizar por constituir una serie de variaciones temáticas que dejan incólume, y siempre inmóvil a la EE.

2.51. Una Ee de tipo e puede alcanzar una gran riqueza (equilibrio, coherencia, etc.) o por su armonía interna o por el número de los elementos organizados.

2.52. La EeC puede ser así «perfecta», equilibrada, clásica, cuando la EE y la Ee se armonizan o corresponden o ajustan con la mayor precisión.

2.53. La EeC puede ser una obra «rica» porque alcanza a partir de su EE, una gran totalización de elementos.

2.54. También es una EeC equilibrada o perfecta, cuando no hay ningún desajuste entre la virtualidad organizativa y la virtualidad autorreguladora.

2.55. Diacrónicamente, la EeC ha de aparecer después de un proceso más o menos largo de materialización, y como un resumen de este mismo proceso. En ella podemos encontrar, resumidos y equilibradamente organizados, todos los elementos anteriores.

2.56. Las obras clásicas se caracterizan así y sobre todo por la riqueza cuantitativa de sus elementos armoniosamente organizados.

2.57. Toda obra clásica o modélica, es la más fácilmente explicable por la Sociología, la Lingüística y hasta la Psicología, por hallarse al final de un proceso histórico. Lo contrario ocurre con las obras rupturales, que constituyen un comienzo. Por eso la EeC es así también, el resultado de un devenir sociológico, lingüístico y psicológico.

2.58. Pero si toda EeC es el final de un proceso, desde el momento en que aparece como tal final, su devenir es imposible y todas las materializaciones que siguen son simples repeticiones o simples variaciones temáticas.

2.59. Ninguna materialización puede nacer perfecta; cuando esto ocurre, nos encontramos ante una ocultación del proceso, y generalmente, en presencia de una Ee de tipo C.

DE LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA LITERATURA

3. Las “leyes” de la sociología no son las “leyes” de la literatura.

3.1. Toda estructura literaria es de origen colectivo.

3.2. Sólo un sujeto colectivo es capaz de engendrar o crear un modo de relacionar, una EE (o un lenguaje, una problemática),

3.3.El sujeto colectivo crea la EE para lograr el equilibrio, siempre provisional, de un desequilibrio real.

3.4. La EE y su materialización en Ee, son respuestas de origen colectivo, pero respuestas unitarias.

3.5. Todo sujeto colectivo ha de ser considerado también como un, proceso de equilibración, como una estructura significativa y como una totalidad relativa.

3.6. El grupo social capaz de ser sujeto colectivo, no sólo se constituye en grupo social, clase, etc., para lograr una equilibración ante la realidad, sino que al hacerlo, muestra asÍ su propia significación.

3.7. El grupo social es siempre una totalización; es decir una totalidad relativa o una totalidad que se totaliza.

3.8. El grupo social, o sociedad totalizada, sujeto colectivo de una EE, significa socialmente la estructura creada.

3.9. Esta significación consiste en que la relación esencial entre la vida social y la creación literaria reside en las estructuras mentales.

3.10. No hay pues contenido en las obras literarias, sino relacionar.

3.11. Esta significación consiste en segundo lugar, en que la estructura lograda es sobre todo una equilibración, mediada y en su caso determinada, por un o una serie de desequilibrios sufridos al nivel colectivo, del grupo, de la clase, etc.

3.12. Esta significación consiste en tercer lugar, en que toda estructura literaria es también una visión del mundo.

3.13. Si en toda EE podemos encontrar un sujeto colectivo, una visión del mundo, un modo de relacionar de origen social, en toda Ee podemos distinguir, al nivel sociológico, una homología de universos y una correlación de relaciones.

3.14. La homología de universos consiste en la significación común que existe o que ha de existir, entre una EE, sobre todo, y las estructuras mentales, visión del mundo, etc., de un grupo o de una clase social.

3.15. La correlación de relaciones, indica la significación común entre las relaciones sociales y las relaciones estructuradas en la Ee.

3.16. La homología de universos en una estructura literaria, es sobre todo un concepto operatorio que parte o está fundado por una parte, de la EE de la obra literaria; y de otro, del sujeto colectivo autor o creador de esta EE.

3.17. La correlación de relaciones de toda estructura literaria, es sobre todo un concepto operatorio que parte, por un lado, de la materialización que llamamos Ee, y de otro, de la sociedad, tiempo y espacio, en la surge la obra.

3.18. Al nivel del análisis sociológico, se puede encontrar ya un primer nivel de coherencia comparando entre sí, y haciendo corresponder, la homología de universos con la correlación de relaciones.

3.19. Siempre hay un sujeto colectivo en el origen de la EE, pero este sujeto, grupo, clase, etc., puede encontrarse en conflicto, en desequilibrio con el resto de los grupos o clases sociales. De este modo, si la estructura literaria no es inicial, podemos encontrar con obras literarias de tipo abierto.

3.20. Por otro lado, la EE que alcanza su punto mas alto de coherencia con la Ee, es así y socialmente la visión del mundo o la respuesta mas totalizante de un momento y espacio dados.

3.21. En la Ee de tipo abierto, aunque podamos encontrar siempre una visión del mundo colectiva y específica de un grupo o clase social, esta visión y por lo tanto su respuesta, no tiene por que ser la más totalizante.

3.22. La búsqueda de la totalización más totalizante, como es el caso de cierta crítica de inspiración marxista, deja fuera del estudio las estructuras literarias de tipo abierto, obras románticas o rupturales.

3.23. Al ser la estructura literaria también estructura social, toda obra de literatura puede explicarse sociológicamente. Esta explicación es aún más necesaria al nivel diacrónico que al Sincrónico.

3.24. Grupo social «privilegiado» es aquel cuya respuesta y equilibración, responde y equilibra al resto de los grupos sociales de su momento y espacio. Al nivel de la estructura literaria, este grupo «privilegiado» es el único capaz de a cometer una verdadera revolución.

3.25. Sólo admitiendo la estructura literaria como estructura social, podemos explicarnos el devenir de la Literatura y la fenomenología de todo su proceso.

3.26. El estudio de la estructura social de la Literatura, nos permite también explicar la función social de la Literatura, o las mediciones entre la obra literaria y la sociedad.

3.27. Hay pues dos momentos sociológicos en la estructura social de la Literatura; el primero nos explica la génesis de la obra, el segundo su devenir histórico.

3.28. Toda función es una mediación.

3.29. Toda estructura literaria materializada, posee una función social. No solamente se incrusta con derecho propio, en el devenir social (Historia social de la Literatura) sino que al relacionarse con la sociedad misma, la media, funciona.

3.30. La función de la estructura literaria no puede estudiarse a partir de una obra sola, sino a partir de una tendencia que se materializó, quizás, en una sola obra, única.

3.31. Toda función es reequilibrio.

3.32. Las funciones de la estructura literaria se pueden clasificar dentro del reequilibrio que intentan, en afirmativas y negativas, o apologéticas y rupturales.

3.33. Se trata de una clasificación abstracta, ya que no hay una pura una pura obra apologética, pero toda tendencia a la afirmación da la negación.

3.34. La función apologética existe cuando la EE de la tendencia literaria, coincide con la visión del mundo o los valores del grupo social en él poder de la sociedad, o en el poder de un sector más o menos fuerte, de la sociedad.

3.35. La función ruptural existe cuando la EE de la tendencia literaria, se opone a la visión del mundo o a los valores del grupo social en el poder de la sociedad, o en el poder de un sector más o menos fuerte, de la sociedad.

3.36. La función apologética es también afirmación de valores reales, celebración de los mismos, re-institucionalización. Su valor literario es regresivo, y puede ser o no, reaccionario.

3.37. La función regresiva de una tendencia literaria apologética, consiste en un intento de inmovilización no sólo de los valores sino también de las estructuras literarias.

3.38. La función reaccionaria consiste en que la tendencia apologética se pone al servicio del grupo social políticamente reaccionario. La función reaccionaria es pues una función política.

3.39. Una tendencia literaria funcionalmente regresiva, puede materializarse sin embargo, en una obra rica y coherente, ya que toda la tendencia coincide de una manera o de otra, con las estructuras cerradas ya estudiadas.

3.40. Una obra romántica suele poseer una función negativa, ruptural. Su valor o su significación social, no reside en la riqueza de relaciones materializadas ni en la coherencia interna de sus estructuras, EE y Ee, sino en la negación de los valores o de la visión del mundo en el poder de la sociedad.

3.41. La función ruptural caracteriza así, a la tendencia literaria progresiva, puesto que fuerza a avanzar a la literatura entera. Una tendencia literaria progresiva puede coincidir o no, con una tendencia progresista social y política.

3.42. La función progresiva no solo niega ciertos valores ya petrificados, Sino que suele introducir otros nuevos inseguros aún mal definidos, quizá sólo intuidos.

3.43. La función progresiva de una obra literaria, no reside pues, en lo que siempre se ha llamado «belleza literaria» o «artística, sino en la fuerza de la nueva EE.

3.44. No existe exactamente una «función evasiva» (obras de evasión o de pasatiempo) ya que las obras que cumplen esta «función», son siempre apologéticas, regresivas.

3.45. Se llama evasión a la puesta entre paréntesis de la realidad significativa; por eso en las llamadas obras de evasión, su única «significación» o novedad, reside en la Ee, ya que se deja fuera, y también entre paréntesis, la problemática, la significativa EE.

3.46. Para que una obra literaria funcione socialmente ha de haber comunicación entre la misma y el lector.

3.47. Esta comunicación se efectúa lingüísticamente a través de las connotaciones, y sociológicamente a partir de una igualdad, más o menos, de dos visiones del mundo: la de la obra y la del lector.

3.48. La función social de la estructura literaria puede existir, cambiar o desaparecer.

3.49. La significación de la función social de la estructura literaria, sólo puede ser alcanzada a partir del estudio de la sociedad, en cuyo seno existe la visión del mundo capaz de alcanzar la comunicación con la obra (Sociología de la literatura).

3.50. Los cambios de función de una obra son así, en principio, cambios de sociedad, cambios en las visiones del mundo de la sociedad, y no en la obra literaria que continúa siendo la misma. (El estudio de estos cambios en relación con la estructura literaria, corresponde también a la Sociología de la Literatura.)

3.51. Los cambios de función social, significan cambios en la significación de la obra. Estos cambios de función en un principio, no suelen ser contradictorios sino complementarios; la obra se interpreta mejor, según los intérpretes.

3.52. Cuando surgen interpretaciones contradictorias, opuestas, la obra está ya cerca de su muerte literaria.

DE LA ESTRUCTURA LINGÜÍSTICA DE LA LITERATURA

4.1. Las «leyes» de la Lingüística no son las «leyes» de la estructura literaria.

4.2. Si en todo lenguaje hay emisor, transmisor y receptor, toda estructura literaria es pura y simplemente la materialización de una emisión: es pues un transmisor.

4.3. El emisor, el transmisor y el receptor de la estructura lingüística corresponde al autor, obra y lector de la estructura literaria.

4.4. Toda estructura literaria será o es ya, un transmisor que ha perdido el emisor y ha cambiado de receptor.

4.5. La estructura literaria es connotativa.

4.6. La connotación de una estructura literaria sólo puede ser alcanzada de un modo absoluto, al nivel sincrónico.

4.7. La connotación sincrónica de una estructura literaria, está en relación directa (mediación, explicación, comprensión) con el código entero del lenguaje.

4.8. Connotar es así y también, decodificar.

4.9. La connotación es así decodificación y de dos maneras: como búsqueda de la significación lingüística de los términos utilizados, y como búsqueda de la significación estructural.

4.10. La significación lingüística equivale a la connotación lingüística.

4.11. La significación estructural equivale a la decodificación estructural.

4.12. La connotación lingüística ha de ser siempre sincrónica.

4.13. La decodificación estructural puede ser sincrónica y diacrónica.

4.14. La estructura estructurante, EE de la estructura literaria, es así un código, cuya decodificación nos da la significación de un modo de reaccionar.

4.15. La connotación lingüística nos puede dar la significación de la estructura estructurada Ee (materialización, tema).

4.16. En las materializaciones EeC, estructuras estructuradas de tipo cerrado, denotación y connotación operan a nivel sincrónico y en íntima correlación.

4.17. En las materializaciones EeA, estructuras estructuradas de tipo abierto, puede existir ya una oposición entre la denotación y la connotación; hay que apelar al análisis diacrónico, además de apelar al análisis sincrónico.

4.18. Es imposible lograr la connotación de una estructura literaria con todo rigor científico. A pesar de la Historia, de la Sociología, y de los necesarios y diferentes nivelas de lectura, la connotación sincrónica no puede ser alcanzada. Ni siquiera una Psicología histórica, nos podría retraducir, por ejemplo, la emoción connotativa de un texto histórico.

4.19. Toda estructura literaria exige, al nivel diacrónico, una serie de niveles de lectura; cuanto mayor sea el número de niveles, requeridos, más difícil será alcanzar una primera aproximación a la connotación sincrónica.

4.20. Ha de existir un punto, en la serie de lecturas connotativas requeridas, más allá del cual la estructura literaria se transforma en un documento histórico.

4.21. La decoración exige también una serie de análisis diacrónicos, pero en este caso es fácil suponer que el punto al que se refiere la proposición anterior, se encuentra mucho más lejos de primer análisis, puesto que las EE desaparecen antes que las Ee, sobre todo si se sigue empleando la misma lengua.

4.22. La desaparición o muerte social e histórica de una EE, deja reducidas las Ee, mediadas por esta EE que desaparece, a simples documentos de interés lingüístico histórico.

4.23. Toda obra literaria de tipo cerrado, clásica, y que se propone por modelo y dada una cierta distanciación histórica solo puede constituir un documento lingüístico, monumento o no.

4.23. Los cambios de receptor, lector, obligados en el devenir histórico, son la causa de las obligadas y constantemente renovadas lecturas o niveles de lectura, y finalmente de la transformación de la estructura histórica en documento histórico.

4.24. Una estructura literaria «dura» mientras permanece una EE.

4.25. Una estructura literaria puede estar mediada por el intento de instituir UD «nuevo» lenguaje, de construir nuevas connotaciones y alcanzar así, un nuevo significado; pero aún en este caso, todas las transformaciones se dan al nivel de la Ee, soliendo quedar incólume la EE.

4.26. En todo caso, y siempre al nivel diacrónico, el lenguaje y la lengua, son mediaciones explicativas de la Ee.

DE LA ESTRUCTURA PSICOLÓGICA DE LA LITERATURA

5.1. Las «leyes» de la Psicología no son las «leyes» de la estructura literaria.

5.2. Se pueden considerar dos campos o dos estructuras sicológicas, en relación a la estructura literaria: la colectiva y la Individual

5.3. La estructura sicológica colectiva afecta a un grupo, a una colectividad y constituye una mediación explicativa en la génesis y desarrollo de la estructura estructurante, EE.

5.4. La estructura sicológica individual afecta a lo que llamamos autor en literatura, y ha de constituir una mediación explicativa de la EE y de la Ee de la estructura literaria.

5. 5. Al nivel colectivo, todo estudio psicológico del mismo, tiende a confundirse con la sociología, o puede ser integrado por la sociología, por una cierta sociología. (Estructura social de la Literatura,3.).

5.6. De este modo, la sobrevivencia de ciertos mitos, de ciertos complejos (en el psicoanálisis colectivo) pueden ser explicados también socialmente, porque la memoria histórica de una colectividad no es el campo exclusivo de la psicología.

5.7. El autor individual se encuentra mediado por el sujeto colectivo y es una mediación de la estructura literaria.

5.8. Ningún autor individual es capaz de crear una EE, aunque sea capaz de materializarla por primera vez, o revelarla socialmente.

5.9. La puesta en relación entre el sujeto colectivo de la estructura literaria y el autor individual, enriquece y explica la personalidad individual.

5.10. La puesta en relación entre el sujeto individual y la estructura literaria materializada, obra, enriquece y explica la obra.

5.11. El autor individual nunca puede ser el portavoz o el representante de una EE, puesto que la EE de creación colectiva solo colectivamente puede ser comprendida.

5.12. La estructura sicológica de la estructura literaria, no es la comprensión de la Literatura sino una explicación más.

5.13. El autor individual puede mediar fuertemente la estructura estructurada de la obra literaria (estilo personal).

5.14. Un principio de análisis de la estructura literaria, provisional y desde luego inexacto, puede ser realizado a partir de relacionar el sujeto colectivo con la EE. y al autor individual con la Ee.

5.15. La mediación del autor individual puede ser decisiva a la hora de señalar una incoherencia, o ciertas incoherencias, entre la EE y la Ee.

5.16. No hay posibilidad alguna de comprender la literatura a partir de un estudio histórico de los autores de la misma, aunque se llegue a cierto nivel de explicación.

5.17. La mediación del autor individual puede ser decisiva a la hora de la aparición de una nueva tendencia dentro de una estructura literaria, pero de ningún modo el autor individual puede representar o materializar la tendencia entera.

5.18. En el fondo de toda estructura psicológica podemos encontrar siempre una estructura social, sobre todo al nivel de la estructura literaria.

5.18.1. De aquí (5.18) que un autor política y psicológicamente reaccionario pueda escribir una obra progresiva, y de la misma manera un autor progresista pueda escribir una obra regresiva.

5.18.2. La explicación de esta anomalía reside en la EE que media con su fuerza coercitiva la psicología individual del autor

DE LAS ESTRUCTURAS LITERARIAS

6.1. La estructura literaria es ante todo estructura estructurante, EE pero no consigue su especificidad hasta materializarse como estructura estructurada, Ee.

6.2. La estructura literaria EL, es también estructura estructurada Ee, y consiste esencialmente en una actualización al nivel sincrónico, individual o colectiva, de una EE.

6.3. De la misma manera que es imposible desparejar términos como lengua-palabra, código-mensaje, teoría-praxis, de la misma manera, es imposible separar EE-Ee.

6.4. La EE puede ser explicada, como hemos visto, a través de tres aproximaciones, niveles, análisis, mediaciones, etc.: la sociológica, la lingüística y la psicológica; pero de ninguna manera puede ser comprendida por estas tres aproximaciones, que son sin duda primordiales y necesarias, ni por otras secundarias (Historia, Economía, etc.).

6.5. La EE es para empezar, un modelo operatorio, al que deben de responder las Ee que conocemos. Este apriorismo teórico, sólo puede ser corregido por la praxis.

6.6. Es estructura literaria la materialización de una EE, en una o en una serie de Ee.

6.7. La EE puede ser considerada como una totalización al nivel conceptual (es la convicción posible de un Lukacs y un Goldmann).

6.8. La Ee puede ser considerada como una totalización al nivel de la representación.

6.9. La totalización conceptual, EE, y la totalización representativa Ee, constituyen una sola totalización, la literaria.

6.10. La estructura literaria se caracteriza por la construcción de un universo mediado; este universo se rige, sin pena de incoherencia, por «leyes» o reglas inmanentes que le son propias.

6.11. La tres mediaciones, explicativas pero no comprensivas, que asisten a la creación de la estructura literaria son las siguientes: mediaciones sociales, mediaciones lingüísticas y mediaciones sicológicas.

6.12. Las tres series de mediaciones señaladas, proporcionan o puede proporcionar materiales, elementos, relaciones, etc. para la construcción y nacimiento de la estructura literaria, EL, pero ninguna de las tres es la EL.

6.13. Considerar que la EL es una simple producción social, sólo puede explicarnos ciertas homologías entre la sociedad y la obra.

6.14. Considerar la EL es una simple manifestación lingüística, solo puede explicarnos el funcionamiento lingüístico de la obra.

6.15. Considerar que la EL es una simple creación individual, sólo puede explicarnos ciertos paralelismos entre autor y obra.

6.16. Las «leyes» o reglas inmanentes de la EL, aunque de origen social, como toda creación humana, sólo pueden ser comprendidas por sí mismas; pero esta comprensión, y de momento, sólo se puede efectuar a partir de las tres series de mediaciones explicativas señaladas.

6.17. De la misma manera, y siempre aparentemente, la EL puede obedecer a una «ley sociológica», a una «ley lingüística» y a una «Ley psicológica», pero ninguna de estas tres «leyes» puede comprender la EL.

(DE LAS VIRTUALIDADES DE LA ESTRUCTURA LITERARIA)

6.18. En toda estructura literaria podemos distinguir dos virtualidades: la virtualidad organizativa (VO), y la virtualidad autorreguladora (VA)

6.19. La virtualidad organizativa (VO) es la «ley» que permite estructurar en una misma totalización, toda una serie de elementos, de relaciones, etc.

6.20. La virtualidad autorreguladora (VA) es la «ley» que permite e inspira la selección, clasificación, etc., de los elementos que serán organizados.

6.21. No hay duda de que la VA se encuentra íntimamente ligada, o es consustancial a la EE.

6.22. De la misma manera, la VO parece íntimamente ligada, o parece consustancial con la Ee.

6.23. De la misma manera que en la EL de tipo clásico o cerrado, la EE tiende a igualarse a la Ee, en estas obras, la VA puede fácilmente ser alcanzada a partir de la VO

6.24. En las estructuras literarias de tipo abierto, obras ruptural, o románticas, la VA nunca puede alcanzarse a partir de la VO; (la misma manera, que tampoco la EE puede ser explicada únicamente a partir de la .Ee.

6.25. La VO de una EL puede ser analizada o alcanzada, a partir de la descripción y enumeración de todos los elementos materializados en la Ee.

6.26. La VA de una EL nunca puede ser alcanzada a partir de una descripción de elementos materializados, puesto que la EE con la que es consustancial la VA, no se encuentra nuca explícita en la Ee.

6.27. El fallo de toda la crítica literaria tradicional, consiste en que a partir de la enumeración o descripción de los elementos materializados, intenta alcanzar la VA de la EL, pero hay que tener en cuenta que hay muchos elementos o relaciones regulados inspirados por la V, que no tienen por qué estar materializados.

6.28. Del libre juego dialéctico entre la VA y la VO depende la coherencia o la incoherencia de toda EL.

6.29. Hay incoherencia cuando, en un primer momento, la Ee no responde a las necesidades de la EE.

6.30. Hay incoherencia fundamentalmente, en una EL, cuando la VO no obedece a la VA.

(ampliar) 6.31. Toda incoherencia destruye la EL porque no permite la comunicación.

6.32. La incoherencia entre EE y Ee no es suficiente para destruir el significado de una EL, ya, que como sabemos, en las obras de tipo abierto existe una gran flexibilidad o un cierto relajamiento, entre la problemática mediadora de la EE,y su materialización temática en la Ee.

6.33. Para que la EL siga su proceso generativo, para que exista proceso y devenir literarios, es necesario una cierta incoherencia.

6.34. A partir de la VO, la EL comienza a incluir elementos o a materializar relaciones, que acabarán rompiendo, ensanchando y proliferando la VA.

6.35. No puede haber nunca una coherencia absoluta, de la misma manera que nunca puede existir una incoherencia absoluta.

6.36. La coherencia absoluta significaría el fin del devenir y de la historia, significaría la muerte de la Literatura

6.37. La incoherencia absoluta significaría la incomunicabilidad absoluta.

6.38. Toda EL tiende a la coherencia absoluta, tiende hacia su propia muerte, sin conseguirlo nunca.

6.39. Si toda EL es equilibración o totalización equilibrada, todo equilibrio conseguido es siempre provisional, efímero.

6.40. La virtualidad organizativa (VO) de toda estructura literaria es así y tambien, la materialización, al nivel de la Ee, de la virtualidad autorreguladora (VA).

6.41. Las llamadas leyes inmanente de la EL, son las dos series de mediaciones entre EE v Ee y entre VA y VO.

(DE LOS GÉNEROS LITERARIOS)

6.42. Todas las divisiones literarias, y en especial los llamados géneros, son creaciones socioculturales.

6.43. Pero si la estructura literaria es esencialmente una EE que se materializa como Ee, los llamados géneros sólo pueden caracterizar las materializaciones, las Ee.

6.44. Toda EE, problemática, íntimamente ligada con la virtualidad autorreguladora, podrá pues materializarse en una Ee o en otra.

6.45. Sin embargo, a pesar de que con una sola EE se pueden lograr varias Ee, habrá que tener en cuenta las mediaciones de la Ee sobre la EE.

6.46. Tradicionalmente se vienen admitiendo tres géneros literarios que llamaremos Poesía, Novela y Teatro. Estos tres géneros sólo pueden ser diferenciados a partir de la Ee.

(DE LA POESÍA. ESTRUCTURA LÍRICA)

6.47. La estructura lírica o poesía, se caracteriza por un mínimo de mediaciones entre la EE y la Ee.

6.48. Aun en el caso de la poesía más formalista, la forma, en este caso, tiende a confundirse con la EE.

6.49. La estructura lírica permite un máximo de concentración, de totalización. La EE puede mostrarse tal como es.

6.50. Las «leyes» inmanente de la estructura literaria que llamamos estructura lírica, pueden ser las «leyes» de la EE, y así la VA puede confundirse con la VO.

6.51. En la estructura lírica, las obras literarias de tipo cerrado, se caracterizan por poseer una EE de tipo formal o formalista.

6.52. En la estructura lírica, las obras literarias de tipo abierto, se caracterizan por poder materializar incluso al nivel conceptual, su propia EE.

6.53. Las mediaciones sociológicas en la estructura lírica, son directamente alcanzadas y explicadas por ende, a partir de la EE; pero carecen de gran efectividad al nivel de la Ee.

6.54. Las mediaciones lingüísticas en la estructura lírica son fundamentales en las obras de tipo cerrado, formalistas, pero carecen de gran efectividad al nivel de la Ee en las obras de tipo abierto.

6.55. Las mediaciones psicológicas en la estructura lírica, obran con mayor efectividad que en el resto de las estructuras litera.

6.56. Solamente en la estructura lírica, la Ee puede transformarse en EE.

6.57. De la misma manera, solamente en la estructura lírica, el nivel de la representación puede ser sustituido por el de conceptualización. La materialización o Ee, es así de nuevo transformada en EE.

6.58. De la misma manera, la virtualidad organizativa puede ser sustituida por la virtualidad autorreguladora pura.

6.59. La máxima libertad, en cuanto a mediaciones de la BE se refiere, de la estructura lírica, implica, paradójicamente, una máxima mediación de la Ee.

6. 60. En la estructura lírica, la mediación de la estructura psicológica posee una gran efectividad. Aunque no tanta como la estructura lingüística que puede transformarse, como queda señalado, en EE.

6.61. Las visibles y explicativas mediaciones de las estructuras lingüísticas y psicológicas, no deben ocultar la estructura social de la estructura lírica, que, aunque no es aparente ni visible, es también mediadora de la misma.

(DE LA NOVELA. ESTRUCTURA NARRATIVA)

6.62. La estructura narrativa o novela, se caracteriza por un máximo de relaciones entre la BE y la Ee.

6.63 La estructura narrativa o novela, permite un máximo de extensión de totalización.

6.64. En toda estructura narrativa existe la representación de un universo, homólogo, más o menos, al universo social en el que surge la obra.

6.65. En la estructura narrativa, las obras de tipo cerrado suelen caracterizarse por un perfecto equilibrio, más o menos, entre la EE y el universo materializado o Ee.

6.66. En las obras de tipo abierto de la estructura narrativa, como en toda estructura literaria, existe una cierta relajación entre la EE y la Ee.

6.67. Las mediaciones sociológicas en la estructura narrativa, son directamente alcanzadas y explicadas a partir de la EE y de la Ee.

6.68. Las mediaciones lingüísticas de la estructura narrativa son poco explicativas (a excepción de las novelas formalistas, o que tienden a confundirse pon su lirismo con la estructura lírica).

6.69. Las mediaciones psicológicas de la estructura narrativa, son también menos explicativas que las sociológicas, al nivel de la Ee.

6.70. Solamente en la estructura narrativa, es posible establecer la dicotomía entre autor y narrador.

6.71. En toda estructura narrativa, podemos distinguir dos elementos constitutivos, el ya citado universo, y el protagonista.

6.72. Las relaciones de efectividad entre protagonista Y universo, caracterizan las diferentes tendencias de la estructura narrativa.

6.73 En la estructura narrativa, a diferencia de la estructura lírica la EE no suele estar nunca materializada, y de ninguna manera puede sustituir a la Ee.

6.74. De la misma manera, la virtualidad autorreguladora de la estructura literaria no está explicita, y nunca puede sustituir a la materializada virtualidad organizativa.

6.75. Al haber un mayor nivel de representatividad en la estructura narrativa, las mediaciones de la Ee sobre la EE, sobre todo en las obras de tipo abierto, pueden ser efectivas y bastante determinantes.

(DEL TEATRO. ESTRUCTURA DRAMÁTICA)

6.76. Teatro o dramática, significa lenguaje dramático: nos encontramos pues ante una forma, una más, de la narrativa, que no tiene por qué ser literaria. El teatro es un lenguaje que tampoco tiene que estar sometido a la lingüística.

6.77. La costumbre quiere que el teatro se organice a partir de un texto literario. El teatro de texto es, pues, una estructura literaria, pero no lo es el teatro que se sirve del texto como de un modo más de expresión.

6.78. El teatro de texto es lectura y es representación. Al nivel de la lectura, nos encontramos ante una estructura literaria; al nivel de la representación, nos encontramos ante una de las posibles lecturas del texto.

6.79. La letal tradición psicológica ha construido un teatro que no es más que la lectura de un texto; pero en este caso, la representación no es, no tiene por qué ser necesaria

6.80. El teatro de texto pertenece la estructura narrativa llamada novela, o a la estructura lírica llamada poesía; a veces, quizá pueda combinar las dos, pero de ningún modo posee una estructura literaria original o nueva.

6.81. Si el teatro es un lenguaje dramático, o debe serlo, su estudio no puede corresponder a la Literatura.